Muchos os preguntaréis, ¿estará el título de esta entrada equivocado? ¿No habrá querido decir el desastre del año 2001 en referencia al atentado de las Torres Gemelas del World Trade Center? Pues no, amigos míos. Hoy toca hablaros de un episodio bastante célebre, aunque no tanto para los que nacimos en la década de los noventa, pues nuestra memoria seguramente retiene otras fechas y sucesos, al menos en mi caso, a partir del 11-S. Esta tragedia es el hundimiento y el consecuente rescate fracasado del grandérrimo submarino ruso K-141 Kursk.
Seguramente, Julio Verne, quien imaginó montones de cosas sobre submarinos, expediciones espaciales y demás, jamás pudo imaginar que el ser humano pudiera construir un “monstruo marino” de semejantes características capaz de moverse y zambullirse en el agua como lo hizo este submarino ruso, en tan poco tiempo desde que él escribiera sus libros.
El K-141 Kursk era un submarino nuclear de la Armada de Rusia, que se perdió con toda su tripulación en una tragedia ocurrida en el mar de Barents el 12 de agosto de 2000. El nombre de dicho submarino le viene dado en honor a la ciudad rusa llamada Kursk. No entraremos en detalles técnicos porque yo mismo me pierdo al desconocer esta temática y lenguaje técnico de la misma, pero se ve que fue uno de los submarinos de ataque más grandes jamás construidos. He aquí algunas imágenes (sacadas de este foro):
y la compleja estructura del submarino:
El K-141 era un símbolo del resurgimiento del país tras la caída de la Unión Soviética en 1991. Habiendo participado en una misión de espionaje en la guerra de Kosovo en 1999, en verano del 2000 se disponía a llevar a cabo un ejercicio de entrenamiento con torpedos. Resulta que se filtró un compuesto químico por error que provocó una explosión en la sala de torpedos y se expandieron el humo y las llamas por los primeros compartimentos. Para más inri, el capitán no pudo activar el sistema de emergencia porque en la misión del año anterior se había desactivado por miedo a que el submarino fuera descubierto por la flota estadounidense. El agua entraba por varios compartimentos y había peligro de que sucediera un desastre nuclear debido a las diversas explosiones dentro de la propia embarcación.
¿Qué es lo que pasó entonces? Os preguntaréis… Pues bien, algunos murieron casi al instante debido a las explosiones varias, otros en cambio pudieron refugiarse en la parte trasera del barco y sobrevivir hasta seis días, pero desgraciadamente los equipos de rescate británicos y noruegos no pudieron salvarlos a tiempo. El submarino fue reflotado en 2001 y se recuperaron los cuerpos. Se alzaron dos monumentos en honor a los marineros muertos en la tragedia, uno en Moscú y otro en la base Vidyaevo, en honor al desastre del año 2000. Descanse en paz el K-141 Kursk y los que le daban vida…
PD: Aquí podéis ver una de las tres notas que escribió uno de los supervivientes antes de morir asfixiado:
“13.15. Todos los tripulantes de los compartimentos sexto, séptimo y octavo pasaron al noveno. Hay 23 personas aquí. Tomamos esta decisión como consecuencia del accidente. Ninguno de nosotros puede subir a la superficie. Escribo a ciegas”.
Memorial «A los marineros, fallecidos en tiempo de paz», construido en Murmansk. incluye partes de la vela del K-141 «Kursk».
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